¿Cuáles son las principales características del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)?

Escrito por: Dr. Santiago Kassem Vargas
Publicado:
Editado por: Lucía Ramírez

El TOC es una patología mental cuyo cuadro clínico se caracteriza por la existencia de obsesiones y compulsiones. Las obsesiones son pensamientos intrusivos, es decir, que aparecen sin que la persona lo desee, reiterativos, que no se pueden controlar de forma voluntaria, que son desagradables para la persona y que generan un alto nivel de ansiedad y malestar para la persona que los sufre. Por otro lado, las compulsiones son actos que la persona ejecuta de forma repetitiva y ritualizada, que tienen como fin anular o disipar la ansiedad que producen  las obsesiones.
 

¿En qué se caracteriza el TOC?

Es posible que la persona tenga síntomas obsesivos sin compulsión, que suelen sustanciarse en una necesidad imperiosa de controlar todo lo que ocurre en su entorno y prevenir cualquier situación que pueda comprometerle (temor a la suciedad, a la contaminación, a no haber dicho correctamente algo, pensamientos impúdicos o palabras malsonantes que el paciente piensa sin querer y que teme poder verbalizarlas sin control).
 

Las personas con TOC tienen la necesidad
de controlar todo lo que ocurre en su entorno

 

También es frecuente el contar de forma descontrolada, por ejemplo, las matrículas de los coches para ver si el número que resulta de la suma de los dígitos de estas matrículas es un número de suerte para ellos.
 

Sin embargo, lo más habitual es encontrar pacientes con obsesiones y compulsiones, ya que estas tienen como fin descargar la ansiedad que genera la obsesión (duda o inseguridad respecto a algo). Son comunes entre otros:
 

  • Los rituales de limpieza (lavarse de forma repetida las manos hasta hacerse heridas por tener la sensación de estar sucio o contaminado).
     
  • El orden es otro aspecto frecuente en las compulsiones. El paciente tiene la necesidad de ordenar los objetos de una determinada manera, una y otra vez, hasta la extenuación.
     
  • Los rituales de comprobación. Por ejemplo, que la puerta esté bien cerrada, el gas bien cerrado o la luz bien apagada, para lo cual se molestan en recorrer la distancia que sea necesaria para comprobar y asegurarse que todo está correctamente. Esta seguridad les dura unos minutos hasta que la duda les asalta de nuevo y tienen que volver a comprobar.
     

Un pensamiento que atormenta frecuentemente a estos pacientes es el miedo a que le pueda ocurrir algo a él o a personas de su entorno familiar, por lo cual realizan determinados comportamientos o estrategias supersticiosas, que ellos mismos consideran absurdas y que generalmente no guardan relación alguna (tocar una cosa un número determinado de veces, o rezar alguna jaculatoria para evitar que ocurra algo malo). La duda de que algo pueda ocurrir les genera tal nivel de angustia que no tienen más remedio que realizarlas, por muy absurdos y ridículos que, ellos mismos, consideren que son esos comportamientos.
 

¿Cómo sé si tengo TOC?

Resulta muy común encontrar personas que por sus características de personalidad rayan la obsesividad, aunque no puedan ser catalogadas de padecer un TOC. Tal es el caso de las personas excesivamente autoexigentes, perfeccionistas, meticulosos, limpios, ordenados… Estas cualidades que, hasta un cierto punto, son favorables, tanto en el aspecto personal como en el profesional, pueden acabar, si se pierde el control, en una auténtica pesadilla y convertirles en esclavos de sus propias exigencias.
 

Las situaciones de estrés o tensión emocional y alteraciones del estado de ánimo pueden influir negativamente tanto en las personas que sufren TOC como en aquellas con una personalidad con rasgos obsesivos. Tanto los síntomas depresivos como los obsesivos se retroalimentan mutuamente. También se pueden encontrar síntomas obsesivos en personas diagnosticadas de trastornos psicóticos.
 

¿Cuál es el tratamiento?

Es necesario hacer un abordaje en el que se combinen los tratamientos biológicos (psicofármacos) con los psicológicos. Ambos deben ser complementarios.
 

Las estrategias farmacológicas suelen combinar fármacos antidepresivos, ansiolíticos y, en ocasiones, neurolépticos. Aunque el esquema pueda ser genérico, debe personalizarse lo máximo posible.
 

Lo mismo ocurre con la psicoterapia. Hay diversas posibles formas de enfocarla, en virtud de las distintas escuelas, pero la más empleada es la terapia cognitivo‐conductual, que quizás por sus características sería la más operativa.
 

La adecuada colaboración entre el especialista en Psiquiatría y Psicología es la mejor y más operativa forma de abordar el tratamiento del TOC.
 

¿Qué impacto ha tenido el COVID-19?

La trágica situación vivida en los años pasados por la pandemia de COVID-19 y las continuas y persistentes recomendaciones que desde los organismos públicos se nos hacían, para evitar los contagios, han provocado que las personas que antes no se preocupaban en exceso por la limpieza, o la contaminación, comiencen a preocuparse de forma importante. A su vez, aquellas para las que estos temas ya suponían un motivo de preocupación, se ha incrementado llegando a convertirse en una obsesión, causando una gran ansiedad y condicionando de forma importante su vida.
 

Por otro lado, el desconocimiento sobre las vías de propagación del coronavirus hizo que las autoridades hicieran recomendaciones que, aunque posteriormente han comprobado ser poco o nada útiles, se queden tan enganchadas en una parte de la población y persistan en la actualidad influyendo claramente en la vida de las personas (utilización de guantes, limpiar el dinero que uno recibe o sencillamente evitar utilizar monedas y billetes, evitar tocar nada fuera de casa, incluso las barras de los medios de transporte, lo que ha provocado más de un accidente, abrir picaportes con los codos o guardar distancia entre personas que resulta exagerada y a veces imposible).
 

Si bien a raíz de la pandemia han mejorado, desde el punto de vista higiénico, muchas cosas que antes estaban excesivamente descuidadas, como baños públicos, limpieza en locales de restauración, medios de transporte, entre otros.

Por Dr. Santiago Kassem Vargas
Psiquiatría

El Dr. Santiago Kassem Vargas es un gran especialista en Psiquiatría. Cuenta con más de 40 años de experiencia en la profesión y una extensa formación en distintos ámbitos de la especialidad. En concreto, es experto en depresión, trastorno bipolar, ansiedad, esquizofrenia, fobias y trastornos de la personalidad, entre otros tratamientos y patologías.

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid, se especializó en Psiquiatría por el Centro de Investigaciones Psiquiátricas y Docentes de Madrid (AISN). A lo largo de su trayectoria profesional, ha combinado su labor asistencial con la docencia, siendo profesor de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid y Tutor de Médicos Residentes de Psiquiatría y de Médicos Residentes de Medicina familiar y Comunitaria.

En la actualidad, ejerce como Director médico del Centro Kassem de Neuropsiquiatría y Psicología. Además, es miembro de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM).

Ver perfil

Valoración general de sus pacientes


  • Tratamientos relacionados
  • Cambio de sexo
    Terapia de pareja
    Tratamientos psiquiátricos
    Neuropsiquiatría
    Histeria
    Trastornos psicóticos
    Trastornos alimenticios
    Psicofarmacología
    Trastorno obsesivo-compulsivo
    Depresión
    Este sitio web utiliza Cookies propias y de terceros para recopilar información con la finalidad de mejorar nuestros servicios, para mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias, así como analizar sus hábitos de navegación. El usuario tiene la posibilidad de configurar sus preferencias AQUI.