Ansiedad, estrés y angustia: tres términos que no son sinónimos entre si

Written by: Dr. Sergio Arques Egea
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Edited by: Mireia Frias

Los trastornos de ansiedad son unos de los motivos más comunes de consulta psicológica. De la misma manera, existen muchos tipos distintos de ansiedad, entre ellos destaca uno que es muy común, pero poco reconocido por quién lo sufre, el trastorno de ansiedad generalizada que persiste en el tiempo y genera todo tipo de consecuencias a largo plazo. De todo ello hablamos con el Dr. Sergio Arques Egea, especialista en Psiquiatría.

La ansiedad generalizada puede producir otras patologías,
tanto a nivel físico como emocional

 

¿Cuál es la naturaleza de la ansiedad generalizada?

Es difícil determinar de forma exacta e inequívoca donde se encuentra el origen de la ansiedad generalizada, ya que probablemente sea el resultado de la interacción de una serie de factores, tanto hereditarios (genéticos, neurobiológicos) como psicológicos (personalidad obsesiva) y ambientales (sociales, culturales, experiencias, etc.). Todo ello dará lugar a que nuestro cerebro procese de forma inadecuada la información que recibe del entorno y genere un estado de inquietud, nerviosismo y malestar continuo que dará lugar a un disconfort mantenido en quien lo padece.

 

¿Se puede llegar a confundir con estrés o con un cambio de comportamiento negativo?

Evidentemente el estrés puede desencadenar una sintomatología y un malestar similar al que podemos encontrar en una persona con ansiedad generalizada, lo mismo que en el caso de un comportamiento o conducta negativa en relación a una situación compleja o difícil. Sin embargo, la diferencia estribaría en la duración de ese malestar, que en el caso de la ansiedad generalizada sería persistente y en las situaciones de estrés o tras un acontecimiento complicado sería limitada en el tiempo.

 

¿Qué diferencias hay entre la ansiedad, el estrés y la angustia?

Los términos de ansiedad, estrés y angustia han sido, y siguen siendo, confundidos de manera habitual, llegando en muchas ocasiones a emplearse como sinónimos. Sin embargo, cada uno de los términos va a hacer referencia a cosas diferentes.

 

El estrés es un fenómeno complejo en el que van a influir el propio ambiente, los aspectos psicológicos y la respuesta fisiológica de la persona. De este modo, cuando un individuo percibe en el ambiente una dificultad que ha de afrontar y para la cual se ve incapaz, dado que tal vez no tenga los recursos adecuados, va a tener que realizar un sobresfuerzo que junto a la imposibilidad de llevarlo a cabo dará lugar a un malestar. Ese malestar sería la ansiedad y/o angustia.

 

Mientras la ansiedad haría referencia al componente psicológico o psíquico de ese malestar, la angustia representaría la parte física. Así, cuanto mayor sea la ansiedad, mayor será la angustia.

 

¿Cuánto ayuda poder normalizar la aparición de episodios de ansiedad?

La ansiedad y la angustia serían las reacciones del cuerpo humano al estrés, es decir, se trataría de una respuesta fisiológica normal ante un peligro, por ejemplo. El problema aparece cuando dichas respuestas aparecen de forma inadecuada, tanto a nivel de intensidad como en situaciones sin un aparente estresor o desencadenante.

 

Si entendemos la ansiedad como algo normal y fisiológico, incluso muy útil ante una situación de alerta o peligro, podremos tratar de controlarla y no que suceda lo contrario.

 

¿Qué tipo de consecuencias puede generar la ansiedad generalizada?

Si no se aborda de manera adecuada el problema, la ansiedad generalizada puede dar lugar o empeorar otras patologías, tanto físicas como psíquicas. A nivel físico es frecuente la comorbilidad con problemas digestivos o intestinales (úlceras, síndrome intestino irritable, etc.), neurológicos (cefaleas, migrañas, etc.), osteoarticulares (contracturas, fibromialgia, etc.) y cardiovasculares (taquicardias, etc.). En cuanto a patologías psíquicas, será frecuente encontrar cuadros depresivos, fobias, adicciones, etc.

 

¿Qué tratamientos se pueden aplicar?

Sin lugar a dudas, para lograr resultados positivos en el tratamiento de la ansiedad generalizada necesitaremos combinar el tratamiento farmacológico y la psicoterapia.

 

Mientras que a corto plazo son fundamentales los psicofármacos (antidepresivos y ansiolíticos fundamentalmente, incluso también serán de utilidad los antipsicóticos y los antiepilépticos), de cara al medio/largo plazo es fundamental el tratamiento psicoterapéutico (terapia cognitivo-conductual).

 

¿Existen técnicas que nos ayuden a prevenirla o a regularla cuando aparece?

La terapia cognitivo-conductual es el camino para que la persona aprenda a controlar la ansiedad y que no sea la ansiedad quien controle a la persona, algo indudablemente muy desagradable…pero lógicamente para poder llevar a cabo este trabajo a nivel personal necesitaremos regular previamente los niveles de ansiedad con los psicofármacos, y no al revés.

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By Dr. Sergio Arques Egea
Psychiatry

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